miércoles, 11 de mayo de 2011

Maestro Cantor (1979) - Orson Scott Card

Antes de nada, quiero dejar claro que me duelen todas y cada una de las palabras aquí escritas, puesto que Orson Scott Card es el autor de una de las novelas que más me impactaron de pequeño, “El juego de Ender” (1985). Sin embargo, “Maestro Cantor” escrita seis años antes, da fe de que por aquella época, no valía absolutamente nada como escritor. Por ello, a partir de ahora me referiré a 1979 como “el año de las vacas flacas y novelas malas”.

De hecho, es tan cierto esto que digo que incluso el responsable de la traducción a la versión española ha permitido que el libro se publicase con múltiples faltas de ortografía y erratas tales como exclamaciones que sustituyen a “l”, por poner un ejemplo.

Lo que más me sorprende es que en una de las primeras páginas aparece “A Ben Bova, un Maestro Cantor que se preocupa tanto de desarrollar voces jóvenes como de cantar sus propias canciones”. En un principio, como dedicatoria, suena bien, pero lo que no sabe es toda la porquería que se esconde en el resto de las paginas. Si algo he aprendido de este libro, es que cuando alguien me diga que me va a dedicar un libro, la respuesta sensata es “No, gracias”.

Total, que para introducir un poco del argumento... no sabría muy bien que decir, la primera mitad del libro es una infinidad de palabras inconexas intentando exponer una trama que no existe sobre la educación de Ansset, el niño que canta. Luego cuando está con el emperador, no pasa nada y las conversaciones que podrían ser interesantes, se dan por sentadas. Todo ello en una atmósfera de homosexualidad pedófila reprimida y repugnante (HPRR).

Después de unas 300 páginas parece que se le ocurre algo inteligente que contar, pero el libro es tan HPRR que ya lo da por perdido, contando el resto de forma torpe y precipitada en numerosos episodios de escasa relación.

Este libro es un buen regalo para las típicas ocasiones en las que sabes que la otra persona no se lo va a leer, para esas personas que opinan que el libro es bueno cuando la portada es buena.