Hacia tiempo que no me
pasaba esto. Las sabanas no son tan suaves como por la mañana, los
parpados no terminan de cerrarse. Las formas parecen moverse ante la
falta de luz. Ahora, el miedo a la oscuridad me resulta comprensible,
las sombras tienen un aire conspirador.
Cierro los ojos. Abro los
ojos. No es un sueño, es un recuerdo.
Estoy sentado en una
parada de autobús, la música es un poco agobiante cuando hace
calor. Algo ligero choca contra mi pierna, aunque dudo que lo haya
arrastrado el viento. Miro al suelo y a un metro hay un pequeño
pájaro paralizado.
Su plumaje está
encrespado, ondulando a medida que respira de forma profunda y
entrecortada. Empiezo a entender que se ha caído del nido, que no
sabe volver. Abre su pico y me imagino que estará llorando para
pedir un rescate a su madre. El tiempo pasa e intuyo el miedo que
está sintiendo. Nada ocurre. Siento curiosidad y despacito saco mi
reproductor de mp3 del bolsillo y lo pongo en pause.
Aunque sigue con el pico
abierto, no emite ningún sonido. Aprieto de nuevo el botón. A penas
mueve la cabeza. Se acerca una anciana y supongo que el pájaro se
apartará con pequeños brincos, si no es capaz de volar. Las
distancias se reducen y el pájaro permanece aún inmóvil. La
anciana mira de frente con un orgullo que algún día le costará un
tropezón evitable, pero hoy no ve al pájaro y su pierna apunta
peligrosamente al pequeño.
Pasa de largo, ninguna
reacción. Me preocupo. Miro a un lado y a otro y veo gente en
bicicleta y paseando. Todos cruzan relativamente lejos. Se acerca la
hora de que llegue mi autobús.
Me levanto nervioso y me
propongo actuar. Pienso. No se que pienso, es demasiado abstracto. Mi
pulso también se acelera. Miro al pájaro y miro a la carretera. Doy
un paso hacia el asfalto y saco unas monedas para el billete.
Oigo una especie de
susurro: “si no sobrevive, es que no está diseñado para ello”.
En cuanto tomo asiento, sigo internamente la melodía de la música.
Cierro los ojos. Abro los
ojos. No es un sueño, sigo despierto.
Las sábanas son
irritantes por la noche, igual que los pensamientos.